lunes, 13 de junio de 2016

AGUJERO NEGRO


 FUNCIONALIDAD DEL AGUJERO NEGRO


La mejor manera de comprender qué es un agujero negro es ver cómo se forma uno de ellos, los de masa estelar. Tenemos que imaginar una estrella un poco más masiva que el Sol, en las últimas fases de su vida, cuya masa va colapsando hacia su núcleo. Llega un momento en el que la presión en él es demasiado intensa y la estrella explota en una supernova. Pero no desaparece. Queda un resto muy compacto, una enana blanca o una estrella de neutrones, y si el colapso gravitatorio continúa, acaba formándose un agujero negro.

EJEMPLOS:

Agujeros negros y la industria.

Un gran avance es la creación de El telescopio espacial Hubble, por ejemplo, ha permitido descubrir que bastantes galaxias de grandes dimensiones, aunque no todas, albergan un agujero negro supermasivo en su centro. El de la Vía Láctea, por ejemplo, es Sagitario A*, tiene una masa equivalente a algo más de cuatro millones de masas solares y produce varios intensos fogonazos de rayos X al día, originados por la materia que cae en él. Y su actividad está muy ligada a la evolución de nuestra galaxia.

Teoría de la relatividad y agujeros negros.


Los agujeros negros representan uno de los mejores ejemplos de la teoría de la relatividad de Einstein, cuyas ecuaciones ya predecían su existencia. Todo cuerpo con masa y un campo gravitatorio curva el espacio-tiempo a su alrededor, así que imaginad la curvatura generada por uno de estos exóticos objetos. De hecho, así es cómo se han detectado algunos de ellos, por el efecto de lente gravitatoria que provocan en la luz de las galaxias lejanas; es decir, dicha luz se curva al pasar por sus proximidades en su camino hacia la Tierra.




¿QUÉ ES UN AGUJERO NEGRO?

El término "agujero negro" fue popularizado por John Archibald Wheeler, en 1968, y hace referencia a regiones en el universo con una concentración de masa tan intensa, que genera un potente campo gravitatorio de cuya atracción ni siquiera la luz puede escapar. Ya se teorizó sobre ellos en el siglo XVIII, a través de estudios independientes de John Michell y Pierre-Simon Marqués de Laplace, pero sería en el XX cuando los físicos se plantearían realmente su existencia y, en ese caso, qué serían.